Artículo de opinión del presidente de FES, Andrés Ortega
Carta abierta a los Presidentes
12_febrero_2021
Ser presidente de la Federación Empresarial Segoviana (FES) lleva aparejado el deber, pero también la oportunidad, de ser el altavoz de los cientos de empresarios que desde hace meses nos trasladan su desesperada situación por las restricciones a su actividad, el cierre de sus establecimientos y la falta de ayudas directas.
Con esta carta abierta quiero hacerles llegar a los Presidentes del Gobierno de España y de Castilla y León, la llamada de socorro de nuestras pequeñas y medianas empresas, que constituyen más del 90% de la actividad económica de nuestra provincia, que están gritando por su supervivencia. Desde aquí, les pido que más allá de un -innecesario ahora mismo- debate competencial, cumplan su obligación de frenar la destrucción del tejido empresarial y la consiguiente pérdida de miles de puestos de trabajo.
Les aseguro que las reclamaciones de los empresarios no tienen color político, ni entramos en las luchas entre Administraciones. Gobierno y Junta, Sánchez y Mañueco, cada uno en el ámbito de sus competencias, tienen que ser conscientes que cada día que pasa sin inyectar liquidez a las empresas que más están sufriendo esta crisis supone un escalón más en la pérdida de actividad económica y de empleos.
Si es aterrador el número de personas que han perdido la vida por culpa de este virus, también va a serlo el número de empresas que se va a llevar por delante, sin que esto pueda entenderse como que pueda comparar vidas humanas con empresas. La primero es la vida, la salud, la sanidad, y no puedo dejar de recordarles la solidaridad de los empresarios segovianos en los momentos más crudos de esta pandemia con sus donaciones para la compra de material sanitario.
El Gobierno Nacional y el Regional saben perfectamente que la crisis económica también es real, y que la imposición de medidas coercitivas tiene un impacto indudable, a veces irreparable, sobre las empresas. También saben que las ayudas que dieron o prometieron, hoy son insuficientes.
En el sector de la hostelería han echado el cierre en España más de 80.000 negocios, destruyéndose 600.000 puestos de trabajo, y unas pérdidas de facturación de más de 70.000 millones. En la provincia de Segovia pueden quedarse en el camino hasta la mitad de los negocios. Una ruina para nuestra mayor industria y una ruina para las actividades que nutren al sector; aquí, en las empresas proveedoras, 3 de cada 10 negocios podrían cerrar, como el comercio, sujeto a reducción de aforos, de horarios y de flujo de clientes.
En algunos casos como es el de las agencias de viaje, uno de los más afectados, ya no se habla solo de pérdida de empresas, más del 80% están al borde de desaparecer, sino de riesgo de desaparición de la actividad misma. ¿Vamos a permitir que Segovia se quede sin agencias de viaje?
¿Hablamos de gimnasios y centros deportivos? Más del 44% están abocados al cierre en toda España ¿Hablamos de guías turísticos, de taxistas, de técnicos de eventos y sonido; en definitiva de autónomos? Los trabajadores por cuenta propia y sus negocios se encuentran al límite tras un año casi sin actividad con cierres y restricciones.
Por todos ellos, pido a los Gobiernos, el Central y el Autonómico, cada uno en el ámbito de sus competencias y siempre de forma coordinada, que compensen esta crítica situación con ayudas directas, inmediatas, ágiles, sencillas en su tramitación. Porque esta crisis está acabando con negocios que eran rentables y lo pueden seguir siendo, bien gestionados, bien posicionados.
No hablamos de rescatar empresas inviables. Y por tanto no cabe perder el tiempo en justificaciones normativas porque los marcos legales cambian, pueden cambiarse, y más en un estado excepcional como en el que nos encontramos. Es cuestión de voluntad y de tomar decisiones que estén a la altura de las necesidades.
Mientras que aquí los Gobiernos, estatal y autonómico, se limitan a las ayudas indirectas y a aplazamientos fiscales y de cotizaciones, en el resto de Europa las ayudas son a fondo perdido cubriendo los costes fijos, la liquidez y la solvencia.
En Francia la instrucción de Macron fue salvar a las empresas “cueste lo que cueste”. Además de una grandísima partida para préstamos garantizados por el Estado, 87.000 millones en ayudas para empresas y trabajadores. Una cifra parecida en Alemania, siempre hablando de subvenciones directas, al margen de miles de millones para proteger el empleo y créditos o avales. En Reino Unido, con la tercera ola se sumó una partida de 10.000 euros para cada local de hostelería a los más de 3.000 euros mensuales que venían percibiendo como ayuda a fondo perdido.
“Es el momento de gastar. Más tarde será demasiado tarde”, dijo Mario Draghi, ex presidente del BCE, al ministro de Economía francés. Es así. Ya vamos tarde, pero cada día cuenta. Y las organizaciones empresariales tenemos que seguir reclamando esta ayuda, reiterándola y recordando que detrás de esas cifras de cierres hay familias enteras que afrontan una pérdida de ingresos dramática y una impotencia enorme al ver truncadas sus trayectorias profesionales y vitales.
Que no olviden nuestros gobernantes que las ayudas a las empresas son también ayudas a los trabajadores, a los ciudadanos, contra la extensión de un drama que va camino de ser histórico, desgraciadamente.
Este es el llamamiento de los empresarios que me permito trasladar en estas líneas, como una carta abierta a nuestros Presidentes.
¡Ayudas directas ya! Más tarde será demasiado tarde.
Andrés Ortega García
Presidente de FES